A finales de este mes, las víctimas del llamado “carbón ensangrentado” del departamento de Cesar, unidas en la organización regional Asamblea Campesina del Cesar por la Restitución de Tierras y el Buen Vivir (ACCRTBV), emprenderán una gira virtual para volver a llamar la atención sobre su situación ante distintos actores en Europa. Hacen un llamado a las empresas energéticas y a los inversionistas de esta industria para que contribuyan a la reparación de las víctimas de la violencia paramilitar en la región minera del Cesar. El tiempo se acaba, ya que la transición energética en Europa podría llevar a que las empresas energéticas y otras se retiren de la industria del carbón, dejando a las víctimas con las manos vacías. Necesitan actuar AHORA.
Los antecedentes
En abril de 2016, como parte de la campaña del Carbón Ensangrentado (Stop Bloodcoal), PAX organizó una primera gira europea para víctimas y activistas colombianos en la que logró juntar, entre otras, a empresas de energía, entidades gubernamentales y parlamentarios. El propósito de dicha gira fue llamar la atención sobre la violencia que se había producido en esta región, de la que se extraía carbón y se utilizaba para la producción de energía en Europa.
Según cifras oficiales, en esta zona donde operaban las empresas mineras Drummond (EE.UU.) y Prodeco-Glencore (Suiza), más de tres mil personas murieron, alrededor de 240 desaparecieron y más de 55 mil campesinos fueron desplazados forzosamente de sus tierras como consecuencia de violencia desatada por fuerzas paramilitares entre 1996 y 2006. Una parte significativa de estas tierras pasaron posteriormente a manos de empresas mineras, que a su vez suministraron grandes cantidades de carbón a empresas energéticas europeas como Vattenfall, Uniper y RWE. Así, los hogares europeos se calentaban con este “carbón ensangrentado”.
“Tuve la oportunidad de dar a conocer mi caso personal y todo lo que ha pasado con los miembros de las comunidades, la Asamblea Campesina y los sindicatos. No solo pudimos hablar sobre las violaciones de derechos humanos que se cometieron y se siguen cometiendo en la región minera, sino también mostrar que las empresas energéticas que compran carbón contribuyen a esto, igual que los consumidores que compran energía a empresas que utilizan este carbón ensangrentado”, Maira Méndez, hija de líder sindical asesinado.
Cinco años después, poco ha cambiado
A pesar de que víctimas colombianas de la violencia viajaron con PAX por Europa para reunirse con las empresas energéticas, accionistas, parlamentarios y funcionarios de gobierno para llamar la atención sobre su situación y exigir una medida de reparación para reconstruir sus vidas; cinco años después, poco o nada ha cambiado en sus vidas. Tan solo un pequeño número de familias ha recuperado sus tierras luego de un tedioso proceso de restitución de tierras –mayoritariamente solo en papel- y ha recibido alguna forma de reparación por las pérdidas sufridas. La mayor parte de las víctimas que fueron desplazadas continúan viviendo en condiciones miserables en los barrios periféricos y empobrecidos de las ciudades provinciales.
Mientras tanto, las empresas de energía en Europa están inmersas en una transición energética hacia fuentes de energía renovables, y muchas de ellas están retirando gradualmente sus relaciones comerciales con los productores de carbón. Las víctimas temen que estas empresas energéticas ahora desconozcan su responsabilidad, de acuerdo con los estándares internacionales de Conducta Empresarial Responsable, con respecto a los impactos negativos de la minería del carbón en los derechos humanos a los que estaban vinculados a través de sus relaciones económicas. Razón suficiente para que PAX apoye a la Asamblea Campesina del Cesar en la organización de otra gira para intercambiar con las partes involucradas. Esta vez será un recorrido virtual, ya que, debido a la pandemia, es difícil que las víctimas viajen a Europa.
La responsabilidad empresarial
Joris van de Sandt, líder de campaña y coordinador para América Latina de PAX, sostiene que “Todas las empresas asociadas a graves violaciones de derechos humanos están obligadas a contribuir a la reparación de las injusticias sufridas por las víctimas, de acuerdo con estándares internacionales de Conducta Empresarial Responsable vigentes, como los Principios Rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos y las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales. Sin embargo, el problema con todas estas normas y directrices es que no son jurídicamente vinculantes”.
Por ello, a través de una nueva gira de ponentes europeos, PAX está intentando animar a las empresas energéticas a actuar. El tiempo es corto. “En varios países europeos, y también dentro de la Unión Europea, se está debatiendo la posibilidad de convertir estas directrices en legislación, porque las empresas no las cumplen”, añade Van de Sandt. Pero esta discusión no concluirá a tiempo para que las empresas energéticas europeas sean legalmente responsables de sus acciones. Sin embargo, esto de ninguna manera significa que las empresas energéticas no tengan que asumir la responsabilidad si esta legislación aún no está en vigor.
Un informe publicado recientemente sobre el caso del carbón del Cesar, por la organización experta holandesa SOMO, concluyó que cuando las empresas energéticas son conscientes de estar vinculadas a violaciones de derechos humanos y a pesar de ello continúan comprando carbón de Colombia sin contribuir de manera significativa a la reparación de las víctimas, ellos mismos comienzan a volverse responsables.
La evaluación de los últimos cinco años no es del todo negativa. Van de Sandt menciona que “Luego de la gira europea de las víctimas en 2016, el debate sobre el carbón ensangrentado se ha disparado. Las empresas energéticas internamente crearon mesas de trabajo y visitaron a las empresas mineras y víctimas en el norte de Colombia. También crearon estructuras para auditar a sus proveedores en cuanto a cómo están manejando los de temas de la seguridad, los derechos humanos y las condiciones laborales”. Sin embargo, “nadie sabe exactamente cómo se llevan a cabo esas auditorías, ya que sus informes no se hacen públicos; las empresas mineras han pasado su auditoría, no sabemos porqué ni cómo. De esta manera, las empresas actúan como el carnicero que certifica su propia carne”, añade Van de Sandt.
Fondo de compensación
Para la Gira Virtual prevista para finales de mes se ha contactado a empresas energéticas, inversores (como fondos de pensiones), parlamentarios e instituciones gubernamentales de varios países europeos. “En Alemania, los parlamentarios de los Verdes pronto pasarán a formar parte del gobierno, y en Suiza, funcionarios del gobierno y organizaciones de la sociedad civil quieren hablar con nosotros. También esperamos reanudar las conversaciones con las empresas de energía que usan carbón colombiano o lo usaban hasta hace poco”, dice Van de Sandt.
Los campesinos desplazados tienen dos propuestas concretas para las empresas mineras y energéticas. Por un lado, que las empresas se comprometan a un diálogo formal que reflexione sobre el papel que han jugado las empresas en el pasado violento y explore las posibilidades en las que las empresas pueden contribuir a la reparación de las víctimas. Y por otro, que las empresas creen un fondo de compensación para las víctimas, que pueda utilizarse, por ejemplo, para otorgar becas a hijos de desplazados, para financiar una cooperativa agrícola en comunidades de retorno o para financiar acciones de reparación simbólica como monumentos conmemorativos, entre otros.
“Las empresas que utilizan el carbón que se saca del Cesar y que las investigaciones han arrojado que es un carbón manchado de sangre por la violencia en el corredor minero, deben contribuir a la reparación de las víctimas. La gira tiene esa intención, lograr la construcción de un fondo de compensación (…). Las empresas compran y generan utilidades con un carbón que para nosotros es tristeza, las acciones del paramilitarismo del año 1996 hasta mediados del 2006 le permitieron a las empresas comprar grandes extensiones de tierra luego de que los campesinos fueran desplazados y despojados. Siguen haciendo explotación en esos terrenos”: Ebert García, integrante de la ACCRTBV.
Adicionalmente, la gira también puede servir como un impulso para el debate sobre la legislación vinculante sobre Conducta Empresarial Responsable (CER) en países europeos. Van de Sandt: “El caso del carbón ensangrentado, y la forma evasiva en la que la comunidad empresarial y los gobiernos han respondido a lo largo de los años, muestra muy bien por qué las directrices voluntarias no han funcionado y que es urgente que estén ancladas en normas vinculantes, primero a nivel nacional, pero eventualmente también a nivel europeo, o internacionalmente con una declaración vinculante de la ONU sobre CER”.
“El Carbón Ensangrentado”, las dos fases de la campaña liderada por PAX
En 2016, durante la primera gira a Europa, dos víctimas colombianas (entre ellas Maira Méndez, hija de un líder sindical asesinado) hablaron con parlamentarios, accionistas de empresas de energía de varios países (entre ellos Alemania, Suecia, Italia) y con concejales de municipios que utilizan “carbón ensangrentado”. Así mismo, PAX organizó debates públicos y durante los años siguientes, atendió a representantes de las empresas de energía en Colombia, acompañándolos en algunos casos a visitar la zona minera del Cesar y a representantes de las comunidades víctimas, sobre todo de desplazamiento.
La Gira de finales de este año en la que volverán a participar víctimas del corredor minero del Cesar, en especial de la Asamblea Campesina del Cesar por la Restitución de Tierras y Buen Vivir, se realizará de forma virtual debido a las actuales restricciones de viaje a causa de la pandemia mundial. Aunque, en cierto modo, la gira pareciera una repetición de la primera, el escenario es distinto: la transición energética en Europa es ahora el telón de fondo del debate y hace que se agote el tiempo para reparar a las víctimas del “carbón ensangrentado” que por tanto tiempo ha calentado a los hogares europeos.