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La situación que vive una de las regiones conflictivas de Colombia como el departamento del Cauca, es sin lugar a dudas, una bomba de tiempo. Según reportes tanto de las comunidades como de las mismas autoridades, actualmente hacen presencia allí 12 grupos armados ilegales que buscan copar el territorio que dejó las Farc, luego de su proceso de desmovilización.
Maurice van Beers, experto en desarrollo sostenible y actual representante de PAX Holanda en Colombia, visitó el departamento del Cauca, donde esta movimiento para la paz y defensa de los derechos humanos realiza un interesante programa de apoyo sicosocial y jurídico a las comunidades indígenas, y pudo palpar la crítica situación de orden público.
Sobre su percepción de la realidad caucana dialogamos con él para que nos diera su lectura.
Recientemente usted visitó el Cauca y, en consecuencia, pudo observar in situ la realidad de orden público en ese departamento. ¿Cuáles son sus impresiones respecto de la situación que se vive en esa región colombiana teniendo en cuenta los últimos acontecimientos de orden público en que varios dirigentes sociales e indígenas han sido no solamente amenazados sino asesinados?
Lo que se puede ver y escuchar de la gente de allá que vive la realidad diariamente, es que con la desmovilización de las Farc gracias al acuerdo de paz, la cantidad de ataques a líderes sociales, de asesinatos, también de reclutamiento, iba a bajar, pero infortunadamente no es el caso. La ocurrencia de asesinatos en el departamento del Cauca está arriba en la lista y también el tema de reclutamiento por grupos armados está subiendo. Esto realmente es algo muy preocupante, porque quiere decir que una desmovilización de un grupo armado no va a tener las consecuencias que se esperan, y por el contrario, lo que se puede obsevar es que otros grupos armados van a tratar de retomar el lugar que territorialmente ocupaban las Farc.
Con lo que acaba de decir, básicamente se puede colegir que no hay la suficiente presencia del Estado a través de sus fuerzas policiales y militares para controlar el territorio, y de esta manera, garantizar el buen desarrollo de la convivencia ciudadana. ¿Usted notó falta de presencia del Estado en el ámbito de la seguridad ciudadana?
La gente no lo ha dicho tan exacto. Por una parte es así, aún la presencia del Estado no se ha dado todavía suficientemente. También llama mucho la atención que en el territorio de Cauca no es que no haya gobernabilidad. Es uno de los factores que sí hay allá, sobre todo la presencia de los cabildos indígenas es muy fuerte y la seguridad local es algo que es evidente. Entonces es extraño en ese sentido que comunidades tan organizadas tengan que sufrir y enfrentar fenómenos como los asesinatos y el reclutamiento. Ello hace pensar que justamente cuando hay un gobierno local fuerte que no se deja cooptar por dinámicas ilícitas y grupos ilegales, lo que va a generar es resistencia. El conflicto va elevar su nivel con riesgos de muertos y reclutamiento de gente local. Dicho esto también podría señalar que nuevos grupos paramilitares están jugando un rol en este tipo de violencia.
Si bien hay que reconocer que hay un esfuerzo por parte del Estado para hacer presencia en el territorio, todavía no es suficiente, eso es claro.
Hay un elemento en su análisis que es el hecho de que las Farc con su desmovilización es un factor armado menos en el territorio, lo cual es aprovechado por los paramilitares o las bandas delincuenciales para copar esas zonas que anteriormente las controlaba la insurgencia. ¿Qué pudo observar en relación al copamiento por parte de otros actores armados en el Cauca ahora que ya no están las Farc?
Lo que se puede notar es lo que dice la gente en el terreno y es que hay doce grupos armados presentes que están tratando de copar ese territorio. Por ejemplo, hay un grupo del EPL que según las descripciones de la gente, está reclutando jóvenes entre 14 y 18 años, lo cual es una forma acelerada para tener rápidamente una base de fuerza grande. Para ello tienen una forma de trabajar anunciando su presencia a través de grafitis, luego elaboran y reparten boletines con igual propósito y después desarrollan un control de comercio sobre todas las actividades económicas, exigiendo vacuna para lo cual cuenta con listados, cifras, etcétera. Este es un ejemplo muy claro que están tratando de ocupar el territorio que tuvo las Farc.
Otro actor armado que hace presencia es el ELN que opera a través de grupos pequeños. También se tiene que anotar que aparentemente hay rumores sobre la existencia de grupos que cambian de brazalete muy fácilmente y por lo tanto no son estructuras del ELN reconocidas por los mismos comandantes de esta organización guerrillera, son otros grupos que están por ahí. Tienen más el perfil de paramilitares y bandas criminales sin que haya una clara estructura de mando de los grupos armados, que aumenta el riesgo que corre la población.
¿Ahora que estuvo hablando con dirigentes sociales e indígenas del Cauca pudo observar que hay miedo, temor de la población por la presencia de 12 grupos armados ilegales?
Pues sí. Un ejemplo, le repito, es que las autoridades indígenas son conocidas por su autonomia y fuerte organización social que les permite tener un control firme sobre el territorio, sin embargo nos contaron que hay lugares, o partes del territorio, donde ellas no pueden entrar y esos son focos de minería de oro que están controlados o financiados por bandas criminales. Esto quiere decir realmente que son situaciones muy difíciles para las mismas autoridades.
Hablemos del tema institucional. ¿Cuál es el rol que cumple PAX en el Cauca? ¿Qué programas o qué acciones están apoyando ustedes en el ámbito comunitario en este departamento?
Lo primero es resaltar que el norte del Cauca es una de las regiones del país con mayor diversidad étnica de Colombia y por ello es importante sacar adelante o mostrar resultados en el complimiento de los acuerdos de Habana, incluido su componente étnico.
Tenemos dos proyectos allá en el Cauca, trabajamos con autoridades de los cabildos, apoyando a las comunidades en el tema de tener acceso a la justicia transicional. Realizamos también acompañamiento sicosocial y jurídico con el propósito de que pueden preparar informes para llevarlos a la justicia con el fin de que se procesen sus reclamos.
También estamos haciendo un piloto, aún pequeño, sobre reintegración de excombatientes de las Farc a sus comunidades que es un tema muy actual e importante. El trabajo lo realizamos con las comunidades mismas, apoyándolas en cómo recibir en las comunidades a los excombatientes de las Farc que van a llegar, haciendo un acompañamiento sicosocial y jurídico.
Finalmente, ¿quiere agregar algo respecto de su visita al Cauca?
Algo muy importante es ver a las comunidades y sus víctimas cómo se organizan y apoyarles en eso. Si hay esa fuerza impresionante en las comunidades de buscar verdad, justicia y reparación y para reconstruir su proyecto de vida, se entiende que realmente es importantísimo porque ellas están en el centro del acuerdo de paz y de justicia transicional para que éste se vuelve realmente un fuerza de paz y reconciliación.
De otro lado, tenemos que estar muy conscientes que si bien hay un acuerdo de paz con las Farc, eso no tiene que quedarse solamente en un proceso de desarme, lo cual quiere decir que es preciso combatir las causas estructurales del conflicto que por una parte son las economías ilegales pero también los temas de desigualdad, elementos que lo están alimentando. Si no hacemos esto, solamente vamos a estar en un círculo vicioso de conflicto porque siempre van a surgir grupos nuevos que quieren por la vía de las armas, las amenazas, controlar territorios, poblaciones, para buscar sus propios intereses. Si no atacamos esos fenómenos y posibilitamos oportunidades para la población de encontrar tierra y trabajo, estamos todavía lejos de terminar realmente la violencia y el conflicto.