Extendemos nuestra solidaridad al movimiento indígena de Jambaló y Silvia, que se encuentran en riesgo por estos enfrentamientos. Nuestro equipo territorial estará atento a la evolución de la situación de orden público en aras de encontrar un camino que priorice la protección de las vidas y sus territorios.
También, llamamos al Gobierno nacional para que se implementen las estrategias necesarias para proteger a la población civil en medio de los enfrentamientos. Celebramos la reciente reunión entre el Gobierno nacional, departamental y los altos mandos de militares y de Policía, para encontrar acciones concretas en inversión social, superación de brechas de desigualdad y seguridad en el departamento del Cauca. No obstante, se requieren medidas urgentes para aliviar la situación mientras se cosechan resultados frente a los programas estructurales.
Recordamos que la Corte Constitucional, en la Tutela T-030 del 2016, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han señalado que el pueblo Nasa o Páez, en general y algunos de sus líderes en particular, han sido víctimas de 23 mil acciones violentas en el contexto del conflicto armado interno y aún enfrentan amenazas constantes a sus derechos. La alta Corte, mediante el Auto 004 de 2009, le ordenó al Gobierno Nacional implementar un plan de salvaguarda concertado con la comunidad Nasa, considerando el impacto diferencial que el conflicto ha tenido sobre su forma de vida, sus territorios y su autonomía.
Finalmente, nos unimos al llamado al diálogo que han hecho los pueblos indígenas caucanos. Es urgente que los grupos armados demuestren voluntad de paz a través de acciones concretas sobre el cese de hostilidades y el diálogo en las distintas mesas de conservaciones impulsadas por el Gobierno nacional. El momento de la paz es ahora.
Continuaremos hermanándonos con otras organizaciones defensoras de derechos humanos para rodear y atender la crisis humanitaria.
Abril 17 de 2024