Esta figura tiene como objetivo la gestión, contribución e implementación de acuerdos humanitarios con diferentes grupos armados que operan en Colombia. En el caso puntual de Salvatore Mancuso, el jefe de Estado se ha referido a este nombramiento como un avance para la construcción de la verdad histórica del conflicto con los grupos paramilitares.
La decisión presidencial ha generado varias polémicas y posiciones encontradas con respecto a la figura de las Gestorías de Paz, estatus que se propone en el marco de la puesta en marcha de la política de la Paz Total del gobierno actual, sobre todo por parte de las víctimas de estos grupos. Sin embargo hay un consenso en la necesidad de acceder a la verdad y por tanto este aporte debe ser condicionante para que la figura funcione y sea legitima.
El aporte a la verdad y la construcción de memoria histórica es una piedra angular a la hora de abordar los procesos de paz y la resolución de conflictos en Colombia. El tema tiene una relevancia particular por el extenso tiempo en el que el conflicto armado se desarrolló, además de la pluralidad de actores que participaron en el mismo. El Centro Nacional de Memoria Histórica ha reportado la firma de 10 acuerdos de paz en Colombia en los últimos 20 años, de cada uno de estos procesos se ha logrado rescatar un pedazo de la historia del conflicto y sus acontecimientos. A pesar de estos esfuerzos, dadas las dinámicas territoriales, sociales y económicas que se desarrollaron de forma diferenciada en todo el país y la emergencia de nuevas conflictividades, el ejercicio de reconstrucción histórica y, por tanto, el acceso a la verdad por parte de las víctimas resulta especialmente difícil.
Los aportes de Mancuso ante la JEP han generado mucha controversia sobre su vida criminal, pero también sobre la cercanía del grupo armado del que fue comandante y sus relaciones con la institucionalidad político-militar colombiana de la época y algunas empresas nacionales y multinacionales. La decisión del Presidente Gustavo Petro de nombrarlo Gestor de Paz, se justifica en el hecho de que la información que el exjefe paramilitar dio ante el Tribunal de Justicia Transicional ha conducido al esclarecimiento de algunos hechos, como la fosa común hallada en la zona fronteriza entre Colombia y Venezuela. Por tanto se considera que su aporte dentro de su rol como gestor de paz, generará escenarios para esclarecer varios de los acontecimientos que en el proceso de Justicia y Paz no pudieron ser conocidos por el país.
El espacio de justicia transicional que opera actualmente en el país, la Jurisdicción Especial para la Paz, creada por los Acuerdos firmados entre el Estado colombiano y las antiguas FARC-EP, se ha configurado bajo la premisa del reconocimiento y el aporte a la verdad como un pilar fundamental para su funcionamiento y el proceso de justicia restaurativa que promueve. Sin embargo solo se contempla la comparecencia obligatoria de los miembros de la extinta guerrilla y los miembros de la fuerza pública, lo que deja por fuera a importantes actores del conflicto, como lo son los paramilitares, responsables de más del 40% de los hechos victimizantes en la guerra, pero también a los agentes estatales y privados (no armados) que tuvieron y tienen una participación importante en las dinámicas del conflicto y por tanto su papel en los procesos reconstrucción de la verdad también lo es.
El nombramiento por el gobierno de Salvatore Mancuso como Gestor de Paz debe ser un ejercicio ejemplificador en términos de aporte a la verdad, de lo contrario será imposible ganar la confianza de las víctimas en esta figura. Es una responsabilidad del Gobierno la garantía de la implementación a cabalidad de esta figura, pero también es una responsabilidad de las víctimas, las organizaciones defensoras de DDHH y la sociedad en general hacer una veeduría estricta al cumplimento de las obligaciones de quienes sean nombrados bajo las gestorías de paz.
Desde Pax Colombia saludamos todos los espacios que se den y brinden posibilidades a las víctimas y al país en general de acceder a la verdad del conflicto, por tanto consideramos de vital importancia los aportes de todos los actores del conflicto, tanto los que participaron en la confrontación armada, como quienes financiaron, apoyaron, planearon y participaron de cualquier manera en la guerra. Sigue siendo una necesidad imperante la priorización de la verdad y la reconstrucción de la memoria histórica para realmente poder pasar la página del conflicto en nuestro país y poder pagar la deuda con las víctimas.