La empresa multinacional Prodeco/Glencore estuvo presente en el acto de conmemoración en memoria de las víctimas de la violencia paramilitar en la región carbonífera del departamento del Cesar, localizado al noreste de Colombia. Víctimas, líderes religiosos, así como autoridades locales, regionales e internacionales se congregaron el pasado sábado 30 de septiembre, en el corregimiento de Estados Unidos del municipio de Becerril, para tributar un sentido homenaje a las personas que murieron en las masacres que tuvieron lugar hace veinte años en la proximidad de la mina carbonífera La Jagua.
Joris van de Sandt, coordinador de PAX en Colombia, manifestó que “es muy positivo que una delegación de Prodeco/Glencore haya asistido al evento. Consideramos que constituye una señal de reconocimiento al sufrimiento de las víctimas. También resaltamos que es un paso importante en el proceso que ojalá lleve a un diálogo de reconciliación entre las víctimas y Prodeco/Glencore”, agregó.
Conflicto en Cesar
La región carbonífera del Cesar ha sido duramente golpeada por el conflicto armado interno. De 1996 a 2006, al menos 3.100 personas han sido asesinadas; 55.000 campesinos han sido desplazados de sus tierras; y cientos de personas han desaparecido. Los paramilitares responsables de las atrocidades realizaron sus criminales ejecuciones durante el periodo en que empresas multinacionales mineras comenzaron a operar en la zona. Hasta ahora, las empresas mineras no han abordado los impactos negativos en lo referente a la violación de derechos humanos en su zona de influencia y se han beneficiado entre otras cosas, adquiriendo a muy bajos precios tierras en zonas afectadas por el desplazamiento forzado. Mientras que víctimas de la violencia han estado esperando durante tanto tiempo el reconocimiento y la reparación. Últimamente, las amenazas y agresiones por nuevos grupos armados ilegales han tenido un aumento notable que preocupa a la comunidad.
Sentido homenaje
La conmemoración en homenaje a la memoria de quienes perdieron sus vidas en las masacres ejecutadas por el paramilitarismo en la región carbonífera del Cesar, fue organizada por asociaciones de víctimas de las veredas alrededor del corregimiento de Estados Unidos, que hace parte del municipio de Becerril, la cual estuvo presidida por el alcalde, funcionarios de la Gobernación, autoridades eclesiásticas y militares, representantes de varias organizaciones de la sociedad civil, así como contó con la presencia de periodistas de diversos medios locales, nacionales e internacionales, y representantes de la empresa carbonífera Prodeco.
Luego del acto religioso y las intervenciones de algunos de los invitados, los asistentes al sentido homenaje fueron convidados a hacer un recorrido por el pueblo, pasando por las casas destruidas y abandonadas a causa de la violencia; ocasión en la cual familiares de las víctimas de los grupos paramilitares tuvieron la oportunidad de compartir sus doloras historias personales, dignificando a sus seres queridos a través de este ejercicio de memoria histórica.
A la ceremonia asistieron aproximadamente unas 800 personas. Una habitante de este corregimiento dijo: “Es prima vez desde la violencia que he visto tanta gente reunida en la plaza central”.
Evelio Aguirre, presidente del comité organizador, durante su intervención se lamentó de que “esta zona de riqueza del carbón no nos ha traído bienestar”, al tiempo que expresó su esperanza porque esta conmemoración “por fin ayude a convencer a las instituciones del Estado y otros actores de la necesidad de reparación de las víctimas de la violencia”.
Por su parte, Nicolás Gómez, vocero de Prodeco, aseguró que esta empresa carbonífera es solidaria con las víctimas del corregimiento de Estados Unidos. Subrayó que es “voluntad de la empresa aportar al esclarecimiento de la historia de violencia de la región y en la búsqueda de reparación y garantías de no repetición”.
El camino hacia adelante
PAX apoya a las víctimas en su búsqueda de la verdad y reconciliación, y se relaciona con las empresas mineras para que asuman su responsabilidad y de esta manera, contribuir a que haya una reparación real.
Al respecto, Van de Sandt afirmó: “Aplaudimos el hecho de que Prodeco quiera desempeñar un papel en la construcción de una paz territorial para la región. La mejor manera de traducir estas buenas intenciones en hechos sería iniciar un diálogo con víctimas de las comunidades en la zona de influencia de Prodeco con el fin de generar una reparación. Esta sería una verdadera contribución a la paz sostenible en la zona minera del Cesar”.
Intervención del representante de PAX en Colombia
Las siguientes fueron las palabras que el representante de PAX en Colombia, Joris van de Sandt, pronunció en el homenaje a las víctimas del carbón ensangrentado en el corregimiento de Estados Unidos del municipio de Becerril:
Damos la bienvenida a los señores y señoras funcionarios municipales; a las autoridades eclesiásticas y militares; a los presidentes de las Juntas de Acción Comunal; a los líderes de la Asamblea Campesina del Cesar por la Restitución de Tierras y el Buen Vivir; a los periodistas locales, nacionales e internacionales; y a los representantes de la empresa minera PRODECO. Expresamos un fraternal saludo a todos los miembros de la comunidad de Estados Unidos y el municipio de Becerril.
Quiero iniciar mi intervención rescatando las palabras de un campesino de esta zona. “Las comunidades víctimas de esta región –decía- en ningún momento, hemos alzado la mano para devolver un solo golpe de los muchos que hemos recibido”. Se refería él a diversos momentos en que fueron víctimas por las múltiples violencias procedentes de la delincuencia organizada del narcotráfico, los terratenientes de la zona, los propietarios de los grandes megaproyectos que surgieron, la fuerza pública, los grupos guerrilleros o las bandas paramilitares. Nadie, jamás, podrá decir que las víctimas han cobrado venganza. Es bueno resaltar ello porque contrario a lo que se creyera, ninguno de los ofensores han tenida siquiera la delicadeza de presentar disculpas por los terribles crímenes que aquí se cometieron, que van desde el desplazamiento forzado, horribles masacres, desapariciones forzadas y toda suerte de tropelías. La única culpa con la que estas comunidades deben cargar es con la dudosa suerte de caminar sobre una de las vetas de carbón más ricas del planeta. De no haberse percatado que mientras ellos labraban la tierra y soñaban vivir y morir en ella, otros, validos de mejor información, sabían exactamente el valor de cambio de lo que para los campesinos era simplemente un espacio para hacer florecer la vida. En ese momento aparece la fuerza telúrica de la violencia de la guerrilla que se exacerba por el accionar del paramilitarismo, lo cual llevó a extremos demenciales y consecuentemente generó el desastre humanitario que todos aquí conocemos.
En la actual coyuntura de la vida republicana de Colombia ha llegado el momento en el que su sociedad tiene que reflexionar sobre los mecanismos y las formas para reparar de manera integral y trasformadora todos los daños padecidos por los habitantes del país y de esta región en particular. Es hora de que esta gente conozcan la verdad de lo ocurrido, que cese la impunidad y que los responsables en la violación de derechos humanos con ocasión del conflicto armado rindan cuentas a través de los distintos mecanismos judiciales y no judiciales, a fin de que un día los colombianos puedan doblar la página de esta dolorosa historia. Para ello les pido, acudan a su inagotable reserva moral, a su cultura, y sobre todo a su imaginación infinita para crear espacios de reconciliación.
Este es un acto para honrar la memoria de las víctimas que produjo el conflicto armado en esta comarca (corregimiento). Rendimos tributo a su martirio y exaltamos su ejemplo para que vuelva a florecer la esperanza y el optimismo por un futuro cierto para las próximas generaciones.
En su reciente visita a Colombia el papa Francisco pidió dar el primer paso hacia la paz y la reconciliación. Por lo tanto, este acto debe interpretarse como el primer paso que dan las víctimas de este territorio en la ruta de construir la paz y la reconciliación. En ese sentido valoramos en toda su dimensión este noble gesto colectivo que nos habla de un pueblo capaz de superar su dolor y apostarle con optimismo al futuro.
La presencia de representantes de la institucionalidad es un aviso inequívoco de que el Estado Social de Derecho, por muy debilitado que se encuentre por el conflicto armado interno, terminará prevaleciendo para garantizar la vida, honra, bienes y creencias de los habitantes de todo el territorio, como lo ordena su Constitución Política.
No menos digno de resaltar resulta la presencia de representantes del Grupo PRODECO, lo que debe leerse como el anuncio de que en próxima oportunidad las víctimas y las empresas mineras que desarrollan su actividad económica en la región deberán sentarse para establecer un diálogo directo, franco, mirándose a los ojos, y concertar las nuevas reglas de convivencia en el territorio.
PAX Holanda forma parte de Pax Christi Internacional que es tal vez el movimiento de paz más grande y reconocido en el mundo, y sus aportes a la solución de distintos conflictos armados en varios continentes nos permite creer que nuestro acompañamiento puede contribuir a que ese dialogo se dé, reclamando el sencillo honor de colaborarles a las víctimas, sin pretender ser parte interesada o percibir beneficio alguno del resultado de esta interacción de acercamiento.
Muchas gracias.