Las empresas mineras Prodeco, Drummond, Cerrejón y Colombia Natural Resources (CNR) respondieron concertadamente a amenazas de muerte a líderes sociales. Las amenazas fueron recibidas al poco tiempo de atender a una reunión con miembros del parlamento de los Países Bajos sobre la situación de derechos humanos en el corredor minero del Cesar.
Mientras que los líderes sociales amenazados todavía están esperando garantías de seguridad del gobierno, las empresas mineras actuaron rápidamente, publicando un comunicado conjunto (http://www.drummondltd.com/comunicado-conjunto-de-empresas-exportadoras-de-carbon-en-contra-de-amenazas/), que también fue publicado en el periódico local, en el cual rechazaron las amenazas e instaron a las autoridades pertinentes a investigar los hechos y sancionar a los perpetradores. ” Reconocemos la importante labor que ejercen los líderes sociales en Colombia en la construcción de paz”, expresaron en el comunicado.
En efecto, la pronta respuesta de las empresas mineras no fue la única. Sus más importantes clientes, empresas energéticas europeas como Uniper, RWE, Vattenfall y Engie, hicieron un fuerte trabajo para incidir y movilizar acciones sobre este tema en Colombia.
Joris van de Sandt, coordinador del programa de Latinoamérica de PAX expresó su satisfacción sobre los logros de la presión internacional para proteger la vida, investigar y garantizar que lo expresado en la amenaza no suceda. “Hemos presionado para lograr la atención y las reacciones adecuadas y es muy satisfactorio ver cómo las empresas son efectivas para influir en situaciones como esta. Ahora corresponde a las autoridades colombianas garantizar la protección de los líderes sociales, arrestar y enjuiciar a quienes están detrás de estas amenazas e investigar las estructuras que les apoyan.”
Pasado violento
El corredor minero del Cesar tiene un pasado violento. Los líderes sociales y sindicalistas que recibieron la amenaza ha luchado históricamente por derechos laborales y por los derechos del as víctimas de violencia paramilitar. Entre 1996 y 2006, miles de personas fueron asesinadas y 55 mil campesinos fueron desplazados de sus tierras, periodo en cual las empresas mineras también iniciaron sus operaciones en la región. Otro antecedente importante tiene que ver con las grandes cantidades de carbón del Cesar que compran las empresas energéticas europeas, lo que las convierte en sus principales clientes internacionales.
Las presentes amenazas de muerte contra los líderes sociales y sindicalistas se publicaron a través de un panfleto difundido por las Águilas Negras, en donde afirman que estar operando en pro de intereses de empresas privadas. Las amenazas encajan en el preocupante patrón de violencia en Colombia, donde más de 500 líderes han sido asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz con las FARC en noviembre de 2016. En el Cesar, como en el resto del país, tanto el recuerdo de la violencia como el presente ambiente de inseguridad, tienen un efecto atemorizante para líderes sociales críticos, periodistas y defensores de derechos humanos.
Resolver la crisis de seguridad
La reacción unánime y contundente de las empresas mineras a estos hechos de amenaza, es un buen primer paso para garantizar que estas acciones violencia no se materialicen en el Cesar. La reacción fue formulada en el contexto del trabajo de CREER sobre el tema de la protección de líderes sociales y demuestra que las empresas mineras pueden y muestra que las empresas mineras pueden usar su influencia de manera positiva. Un siguiente paso será presionar a las autoridades nacionales para que finalmente activen la Unidad Especial de Investigaciones, para investigar y reprimir grupos neo paramilitares y sus estructuras de soporte, como fue establecido en el Acuerdo de Paz.
Otra importante contribución para romper el ciclo de violencia es enfrentar el pasado violento del corredor minero. Varias empresas energéticas europeas han hecho un llamado a las empresas mineras a iniciar un diálogo directo con la víctimas de violaciones a derechos humanos en el marco del conflicto.
“Nos alegra la respuesta de las empresas mineras a las recientes amenazas y esperamos que hagan seguimiento a estas acciones de las autoridades responsables de la protección de las personas. Ahora los invitamos a aceptar la invitación de las víctimas para iniciar un diálogo directo sobre el pasado violento y un futuro en paz. Sanar las heridas del conflicto es un requisito para la construcción de una paz sostenible y seguridad en Colombia y ahora, esta es la oportunidad del Cesar de dar un buen ejemplo que otros puedan seguir”, afirmó Joris van de Sandt.